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Diez años de la Sindicatura de Greuges de la Universidad Ramon Llull

24.04.2014

Ahora hace 10 años, en abril de 2004, se ponía en marcha la Sindicatura de Greugres de la URL. El síndico o síndica de greuges es la persona que vela por los derechos y las libertades de los estudiantes, el profesorado, los investigadores y el personal de administración y servicios ante las actuaciones de los diferentes órganos y servicios universitarios en el marco de los Estatutos propios de la Universidad Ramon Llull. Sus actuaciones están siempre dirigidas a la mejora de la calidad universitaria en todos sus ámbitos.

Para conmemorar simbólicamente estos 10 años, 
se ha imprimido un punto de libro (descargar ) y publicamos a continuación un artículo de la Dra. Rosa M. Boixareu i Vilaplana, síndica de la URL en la actualidad.
 

Las Normas de organización y funcionamiento de la Universidad Ramon Llull regulan la figura que representa la Sindicatura de Greuges (art. 29), siendo el Patronato de la Universidad el que, consultada la Junta de Gobierno, elige a la persona que llevará a cabo dicho servicio [1].

El 19 de abril de 2004 el Dr. Artur Juncosa i Carbonell toma posesión como primer síndico de la Universidad Ramon Llull. En octubre de 2008, el Dr. Lluís M. Pugès i Cambra es nombrado nuevo síndico. En febrero de 2012 tomo el relevo de dicho servicio.

Hasta aquí una breve memoria del recorrido histórico de la Sindicatura. Un recorrido cercano en el tiempo pero con raíces bien lejanas en el espíritu de la historia humana. De hecho, cuando fuimos conscientes de nosotros mismos, allà por el inicio de nuestro despertar humano, reclamamos para nosotros mismos y para los demás el respeto a los aspectos fundamentales de la existencia: la vida, la dignidad y la libertad. Es decir, el derecho a la justicia. Se dice pronto. La interpretación y la praxis es compleja y, a menudo, se sitúa en la utopía. Pero este derecho, que envuelve cualquier otro, es el que desde siempre ha "preocupado" y "ocupado" vida y tiempo de un montón de personas a lo largo de la historia. Y sigue.

Sí, hoy sigue la necesidad de velar porque tal derecho pre-ocupe y ocupe vida y tiempo de personas, entidades, instituciones, programas... eso es bueno, debe ser así, pero, al mismo tiempo, extiende una sombra de culpable impotencia sobre la familia humana porque puede más el afán particular que no el derecho de otro: si no, ¿ cómo se entiende la violación sistemática de un montón de derechos fundamentales que afectan a la mayoría de la población mundial? La Declaración Universal de los Derechos Humanos, como tal, data de 1948: se trata de un acuerdo a nivel internacional sobre los derechos y las libertades fundamentales. En un ayer lejano en el tiempo ya hubo afanes semejantes, aunque a nivel local como no podía ser de otra manera: el tercer milenio aC, en el territorio mesopotámico, ya hay conciencia de que hay que hacer algo para paliar el malestar de personas de un mismo grupo social: se hacen esfuerzos para mejorar el bienestar y la equidad social, cuidar los derechos de los más desfavorecidos, es decir, promover y practicar lo que hoy llamamos "una solidaridad responsable" . Y así estamos. Hoy, como ayer, las mismas necesidades, las mismas carencias, los mismos agravios, respuestas y carencias similares.

Brevemente. La Sindicatura de Greuges, a nivel de país, tiene como misión velar por que se respeten los derechos de la ciudadanía fundamentando su autoridad moral en la independencia de cualquier organismo siendo sus resoluciones no vinculantes. Su origen, en la historia cercana, se concreta en la figura del Ombudsman de la Constitución sueca de 1809 a fin de poner límites al absolutismo (Enrique Barlett, 2005 ). En el ámbito universitario, tal misión se concentra en la comunidad universitaria: "sus actuaciones están siempre dirigidas a la mejora de la calidad universitaria en todos sus ámbitos"; pudiendo hacerse una interpretación abierta no excluyente que, en determinadas circunstancias, el cuidado por los derechos extrapola y vaya más allá de los límites estrictos de la propia universidad. En nuestra Universidad, en el primer tramo del curso académico, la Sindicatura presenta su Memoria del curso anterior al Consejo Ejecutivo ya la Junta de Gobierno atendiendo a las cuestiones y comentarios que surjan. La actividad de la Sindicatura siempre se lleva a cabo con reserva de la confidencialidad y con la voluntad, quizá pretenciosa pero convencida, de contribuir a ir construyendo una universidad donde la excelencia en humanidad sea vivida y disfrutada por toda la comunidad universitaria.

Rosa M. Boixareu i Vilaplana
Síndica de Greuges de la Universidad Ramon Llull
Barcelona, 24 de abril de 2014
 


[1]  La Ley 1/2003, de 19 de febrero, de universidades de Catalunya (LUC)-art. 1, cap. 31, ratifica la figura del síndico o síndica de greuges de la comunidad universitaria, en el marco de la LOU: Ley orgánica 6/2001, 21 de diciembre.

 

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